“A pesar de este mundo altamente competitivo he descubierto que cuando los jugadores desarrollan la capacidad de usar todos sus recursos (mente-cuerpo-emociones-espíritu) ocurre un poderoso cambio de conciencia”.

 Phil Jackson

Una de las demandas que con más frecuencia surge en el ámbito deportivo es el trabajo sobre la concentración y la activación del deportista como “vacuna” al despiste, a la duda, y por tanto, protección (e incluso optimización) para el rendimiento.

En el transcurso de la competición deportiva, son muchísimos los estímulos que pueden jugar con la atención del deportista, llevándole a cometer errores irreversibles, o incluso impidiéndole leer el juego o la competición, a veces con consecuencias fatales.

Es por esto que el trabajo de la Atención Plena (Mindfulness) es una necesidad en el deporte de competición, ya que una centésima de segundo puede marcar la diferencia entre marcar o no marcar, incluso entre ser medalla o no; clasificarte o no.

Trabajar y entrenar la atención es muy diferente al trabajo de otras variables psicológicas que favorecen el rendimiento en el deporte, siendo en este caso un aprendizaje experiencial desde el primer momento.

Mindfulness se refiere tanto al proceso como al resultado final. Es el entrenamiento en el presente; en el estar aquí y ahora conectando el pensar con el sentir, y el sentir con el hacer, de manera que la ejecución del deportista, además de consciente, sea fluida, con todo lo que eso significa.